La semana pasada tenía dos paquetes de masa de empanada La Cocinera a punto de caducar. Así que decidí inventarme un dulce para la merienda.
Estiré la masa y la pinté con una mermelada casera de ciruela y manzana. En otra entrada pondré la receta,
La enrollé y la corté en porciones:
Y por último la pinté con huevo y la cocí en el horno a 200ºC hasta que los pastelitos quedaron dorados.
Una vez fríos, los espolvoreé con azúcar glass y quedaron muy ricos.
Qué buenísima idea! Un beso!
Tendrías que escribir un libro…. “El arte de aprovechar nuestras sobras…”. Un abrazo y gracias por este blogg!