A veces hago regalos caseros a alguien porque me apetece como cuando hice polvorones caseros y regalé unos pocos a una vecina y otros a una amiga. Otras veces a alguien que me parece que necesita un detalle de cariño y otras para agradecer un favor.
La foto de esta entrada es de un bizcocho envuelto en papel de aluminio, con rafia verde y un conejito, que le regalé este sábado a un amigo electricista. Es un detalle de agradecimiento porque tuve un cortocircuito a las 13.30, dejaron de funcionar todas las máquinas de la cocina y tenía que hacer la comida para 10 personas. Le llamé con mucho apuro y en quince minutos estaba allí. Tardó 10 minutos en solucionarlo.
Sé que puedo contar con él siempre y eso no se paga con dinero y menos con un bizcocho casero. Pero es una manera de darle las gracias. Se llama Fermín, pero yo le llamo San Fermín.
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Gracias Fermín ! el trabajo rápido y bien hecho , dignifica a la persona .