Hace unas semanas descubrí este libro. El subtítulo es “Las tareas domésticas a la luz del Evangelio” y está escrito por Pablo Prieto.
Es muy distinto a los libros que he ido poniendo en el blog. Pero os animo a ojearlo copiando algunos párrafos:
- Las artes domésticas son intrínsecamente formativas: modelan sensibilidades, orientan conciencias, ejercitan virtudes, despiertan talentos, encaminan vocaciones, inspiran arte, educan destrezas, inculcan civismo, siembran solidaridad, cultivan complementariedad. En una palabra, constituyen la academia primordial de todo lo humano, donde aprendemos desde pequeños a ser… lo que somos. (Punto 113)
- Si alguno oye mi voz y me abre… (Apocalipsis 3, 20).—Quien acostumbra a abrir con una sonrisa es porque presiente a Cristo detrás de la puerta. (Punto 119)
- La caridad cubre la multitud de los pecados. (1 Pedro 4, 7).—Si te sientes mugriento ante Dios prueba a empuñar la fregona, la mopa o el estropajo. Y más que tu casa, relucirá tu alma. Servir al prójimo es el mejor detergente. (Punto 127)
- Lo que sí es relevante en la estructura de la familia es que en ella la complementariedad se vive como deuda innata con el sexo complementario y se aprende a ser varón o mujer, respetando, fomentando y celebrando el sexo diferente.
También son interesantes la presentación de Teresa Díez-Antoñanzas y el epílogo de Mónica Álvarez Montaner.
!Que verdad mas que comprobada ! Cuando Dios nos da el regalo de la vida, y sabemos vivirla cada minuto, nos damos cuenta , que también debemos agradecer a quien nos ha cuidado , enseñado, reprendido porque solo del Creador han recibido ese encargo. Sigue así que nos vas recordando cosas olvidadas y nunca aprendidas. Tu más fiel seguidora Ana María